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Ch´an

El Ch’an es una tradición budista desarrollada en China.

Las enseñanzas de dicha tradición fueron introducidas en el templo Shaolin original por el monje TAMO o BODIDHARMA y constituyen una unión entre el budismo tradicional Mahayana y los conocimientos taoístas previamente existentes.

El Ch’an establece un enfoque directo e intuitivo para descubrir la naturaleza esencial del individuo. Se caracteriza por la simplicidad de sus rituales y por la escasa importancia que da al estudio de las escrituras con respecto a otras tradiciones budistas.

Ampliamente extendida en China, la tradición Ch’an pronto se traslada a otros países como Corea, Japón o Vietnam. En occidente es más popularmente conocida como Zen, su vertiente japonesa. En Japón tuvo una influencia enorme en la vida religiosa, cultural y social del país.

Dentro de esta tradición budista conviven en numerosas escuelas agrupándose en líneas de transmisión patriarcal cuyo origen lleva hasta el propio Buda histórico.

A pesar de que el Zen japonés es bastante conocido en Occidente, la información y práctica del budismo es parcial y escasa en los países occidentales.

Samsara y Nirvana

El Samsara vendría a significar “la rueda de las reencarnaciones”. Desde el punto de vista del budismo, nosotros vivimos en el Samsara. Esto es, el mundo material que vemos todos los días es ese Samsara, esa rueda a la que estamos sujetos. El Samsara es pues el mundo tal como lo experimentamos ahora, que incluye nuestro interior (lo que sentimos y pensamos) y nuestro exterior (lo que vemos y tocamos). Por tanto es en el Samsara, el mundo de los fenómenos, el que todos conocemos, donde existe el sufrimiento. Escapar del Samsara supone liberarse del sufrimiento y acceder al Nirvana o estado de felicidad incondicionada.

Samsara y Nirvana no son en realidad lugares físicos. El Samsara y el Nirvana están accesibles a nosotros en todo momento, ahora mismo. Samsara y Nirvana son sólo dos palabras que representan dos estados del individuo. Estar en uno o en otro es un problema pues de realización personal. Si uno vive en un estado de sufrimiento, entonces todo lo que ve y experimenta es Samsara. Si uno vive en un estado de felicidad incondicionada, liberado del sufrimiento, entonces lo que ve y experimenta es Nirvana.

La diferencia entre un estado y otro está por tanto relacionada con nuestra ignorancia. En el momento en el que sabemos en qué consiste la ausencia del sufrimiento y cómo llegar hasta un estado en el que se produce dicha ausencia de sufrimiento, el Nirvana se sitúa al instante delante de nuestros ojos.

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